domingo, 26 de octubre de 2008

Tan frágil como el cristal


La vida, las emociones, las personas...
Como el aleteo de una mariposa puede causar un tornado en otra parte del planeta, un simple gesto, palabra o sonido puede llegar a perturbar el equilibrio de nuestras mentes, logrando que cambiemos rápidamente de estar felices a preocupados, enfadados o hasta neuróticos, y viceversa.
Deberíamos medir nuestras acciones y palabras para no perturbar el equilibro de los demás, aunque esto significaría un rechazo a lo impredecible, que es algo así como la esencia de vivir.
Entonces, como evitar perder o hacer que otros pierdan su balance? Esto es inevitable, ya que de una u otra manera nuestro equilibrio se termina perturbando para luego volver a su lugar...

Seeya

The Dragonfly Hunter

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El balance no existe, eso es lo que nos mantiene vivos. El balance es la inaccion, la inaccion es la muerte (que melodrama...). Si aun al abstenerse, uno afecta a otros, por que abstenerse?

Hay tres tipos de personas:
Las perfectamente olvidables, que cada tanto uno recuerda pero desearia no haber conocido,
Las que te encuentran en tus bajones, te levantan, y se van para no ser jamas encontradas nuevamente,
Y las que acompañan tu camino.

Perder el equilibrio nos obliga a avanzar, nada jamas vuelve a su lugar.

- alguien que pasaba por aqui

The Dragonfly Hunter dijo...

No necesariamente el balance es la inaccion, puede ser tambien el estado en el que estamos en paz con lo que sentimos y hacemos, no es el equilibrio total de nuestro ser, sino algo distinto.

No creo que haya sólo 3 tipos de personas, como tampoco creo que sean tal cual las definis. Tu definicion pertenece a una definición preestablecida de las relaciones entre personas.
En la realidad, esto no es asi. Como Einstein estipulo "todo es relativo", las personas pueden estar o no, quizas hasta las que pensaste que no estaban, si estan cuando mas las necesitas, y hasta se quedan por el resto del camino.
Hay muchas personas asi, lo que pasa es que no nos damos cuenta o simplemente las ignoramos.

The Dragonfly Hunter